¿Qué queda?

Desde muy pequeño se distinguió por su sensibilidad y su carácter, algo flemático pero enérgico, su inteligencia excepcional y su empatía con el mundo. Para él, éste es el mejor de los mundos posibles. 

Su vida se llenó de experiencias. Vivió amores, aventuras, tuvo expectativas, desilusiones, viajes, éxitos, ayudó a mucha gente. 

Al atardecer, en esos momentos mágicos, en que las luces cálidas van cambiando poco a poco, hablábamos en voz baja para no romper el encanto. Nos preguntábamos «¿Qué será de nosotros dentro de 20 años?» «A lo mejor estaremos girando en el sin fin, en el sin fondo, pero de nosotros quedará el recuerdo en quienes nos amaron».

Maria Victoria Santoyo Abril