Feria

Para Jean Claude Fonder

En los jaulones revoloteaban las palomas de ninguna paz.

Los naipes marcados de infortunios brillaban en las mangas del adivino y en el cuello del oso, la cadena para cortar en óxido a la mujer barbuda.

Él escupía fuego; ella tragaba las cenizas.

Los espejos deformantes devolvían
                                               tu exacta figura.
Me fui antes de que los guantes del mago acertaran a fruncir los dedos
para formar el puño.

No quise ver al tigre pasear al payaso con traílla.
Ni a los monos, tan humanos.
Ni las telas de la carpa por el piso cuando los enanos, con un alboroto de albatros, desmantelaran la cruz de la estructura.

Que tire la primera piedra quien no le ha dado la espalda al triste circo del mundo.

Desde la Revista Casapaís, han elegido una selección de poemas inéditos de Valeria Correa Fiz que ya están disponible en linea en esta pagina http://www.casapais.org.

Valeria me hizo el honor y el placer de dedicarme un poema entre ellos. Se llama Feria, lo comparto con ellos.  Hizo una traducción en francés para profundizarlo y apreciarlo mejor.
A mí me gustó muchísimo, desprende una sorda e imposible nostalgia, por un mundo que hay que reconstruir sin saber cómo.


Jean Claude Fonder
Foire


Dans les grandes cages, voltigeaient  les colombes de paix aucune.
 
Les cartes marquées d’infortunes brillaient dans les manches du devin et sur le cou de l’ours, la chaîne pour couper la femme à barbe déjà rouillée. 

Il crachait du feu, elle avalait les cendres. 

Les miroirs déformants renvoyaient 
					   ton image exacte. 


Je suis partie avant que les gants du magicien n’arrivent à plier les doigts 
pour former le poing. 

Je ne voulais pas voir le tigre promener le clown au bout d’une corde. 
Ni aux singes, tant humains.
Ni les toiles de la tente sur le sol quand les nains, avec un tumulte d’albatros, démonteront la croix de la structure. 

Que jette la première pierre celui qui ne lui a pas tourné le dos
au triste cirque du monde.
Valeria Correa Fiz

Velocidad de las flores

VELOCIDAD DE LAS FLORES

En el jardín de hoy tiembla el fruto de mañana.
Una flor se pudre junto a otra flor,
la grama por debajo
la acogerá como los brazos de un padre.

Pétalo a pétalo,
aceptan el rumor del verano como destino.
Se abren al rocío, al viento, al canto de las abejas
sin jamás temerle a nada:
ni a la ira de las tijeras, ni a la humedad blanca
que desdibuja su belleza.

¿Quién pudiera
—erguido y silencioso como el tallo—
tolerar la lenta podredumbre y creer
en el ciclo sagrado de la vida:
calvario, crucifijo, tumba y resurrección,
y confiar en las primaveras por venir?

Valeria Correa Fiz