La amazona prodigiosa

Cavalière dans le bois – – René Magritte (1898 – 1967)

 Cada tarde al atardecer la veo, o mejor, siento el viento que la precede. Del bosque llega una brisa perfumada de pinos y musgo. Luego, se levanta la hojarasca movida por los cascos del corcel que sale del bosque, su andar es rítmico, cadencioso y elástico. Está montado por una diestra amazona. Todo en ella es armonía, ritmo y belleza. Su traje de terciopelo lila es de corte clásico, el cabello castaño recogido bajo el sombrero está trenzado en un artístico moño. Me recuerda a alguien, pero aún no sé a quién. Desde lejos no logro distinguir bien sus rasgos, pero me es familiar.

Sigo con la mirada el trote y el paso fino y, cuando empieza a oscurecer, vuelve a penetrar en el bosque, como si atravesara los árboles y se escondiera.

Hoy, por fin, he podido ver su rostro y… ¡ella me ha mirado de frente! Ahora la reconozco, es la dama del retrato que tenía mi abuelo en su habitación.

Maria Victoria Santoyo Abril