
(39° dìa) — ¿Mamá?…¿Mamá?…¿Mamá? ¡Está lloviendo todavía! — ¡Sì, cariño, lo sé! — ¡Mamá, no aguanto más esta lluvia! Agua arriba, agua abajo. ¡Son miles de días que llueve! — ¡No mi amor, son 39 días! Tienes que ser paciente. Muy pronto todo esto terminará. ¿Por qué no te vas a jugar con los monos? — ¡No, con los monos no quiero jugar nunca más! Siempre me toman el pelo por mi nariz. — ¡Es sólo para bromear! ¡Tú eres el elefantito más lindo de todo el barco! — ¿Mama? — Dime Tito — ¡Me aburro, me aburro, me aburro!!! — Tito tranquilízate, esta noche vamos a ir al concierto de los pájaros. Como siempre será muy divertido. — ¡Nooo! Por favor mamá, otro concierto no. ¡Me sé de memoria todas las canciones! — ¡Ya basta Tito! No seas caprichoso. Ven aquí e intenta quedarte dormido. Te comprendo, mi amor. Tú naciste en este lugar el día en que nos embarcamos en esta aventura. Conoces sólo la lluvia y el agua del mar. Tú nada sabes de la tierra. Del cielo azul, de los árboles, de las flores con sus miles de colores y perfumes. — ¿Mamá, de verdad la tierra es tan bonita? — ¡Sí, querido, la tierra es maravillosa! El sol cada mañana se despierta tiñendo el cielo de rosa y, por la tarde, cuando se va a dormir convierte el cielo en un fuego ardiente. Cuando volvamos a la tierra todo cambiará y, quizás, recordaremos con un poco de nostalgia este raro viaje. Don Noé y su familia nos han cuidado con mucho cariño, pero cuando regresemos a nuestra habitual vida tendremos que trabajar para procuramos la comida, el agua...pero ahora duérmete. Mañana presumo que será un gran día. (40° día) — ¡Despiértate Tito, despiértate mi amor! ¡Mira el cielo, es azul! ¡Mira don Noé como sonríe! Tiene en sus manos una paloma blanca que en su pico lleva una rama de olivo. — ¡Hoy mi amor has nacido por segunda vez!
Iris Menegoz
