Flor

Esa mañana, como las otras desde hacía 2 semanas, Laura encontró sobre su escritorio una hermosa rosa blanca sin ningún mensaje. No conseguía saber quién podía habérselas enviado; non podían ser sus colegas porque tres estaban casados, y el cuarto odiaba a las mujeres, sostenía que eran culpables de todos los males de la humanidad. Decidió que a la mañana siguiente se despertaría a las cinco y para estar a las 6 en la oficina, para ver si descubría quién le mandaba esa hermosa flor. El día siguiente a las 6 estaba en la oficina, escondida en la oficina del jefe esperando. Un poco antes de la siete vio que quién le dejaba la flor – maravilla de las maravillas – era el colega que odiaba las mujeres. Entonces decidió preguntarle cómo él, que odiaba a las mujeres le regalaba una flor y por qué lo hacía a escondidas. Cuando la vio, se sonrojo come si se avergonzara. Le contestó que odiaba  a las mujeres con las que había tenido experiencias non muy simpáticas, pero eso antes de conocerla porque ella era distinta, él estaba seguro de que no era solamente hermosa de aspecto exterior pero también dentro. Tenía miedo de que ella se enojara y non quisiera verlo más y le pidió si aceptaba salir con él. Laura se conmovió y le dijo que sí. Hoy, dos años después, en un hermoso día de abril, entre otras flores que recibió por el nacimiento de su hija Valentina hay una flor especial, una hermosa rosa blanca con un mensaje: un beso y un abrazo a mi dos grandes amores. Sergio marido y padre super feliz.

Gloria Rolfo