SIAO-LI (pequeña pera) un amor chino

En los años cincuenta, en mi casa, los libros eran objetos raros. 

Me acuerdo de los libros que mi padre compraba, se llamaban «Selecciones del Readers Digest». A mí no me gustaban. Con la letra demasiado pequeña para una niña lectora principiante. 

Todo cambió de repente cuando mi hermana mayor empezó a trabajar en una famosa editorial de libros para niños. 

Eran libros grandes, ilustrados por artistas famosos. Eran libros caros, pero como mi hermana trabajaba allí tenía derecho a un buen descuento. Así que en Navidad llegó mi primer cuento. 

«Siao-Lj. Historia de un niño chino»

Fue muy fácil enamorarme de aquel gordito chino, de su familia, de sus hermanitas, de sus juguetes, de su mundo tan diferente y lejano del mío. 

Lo leí y me lo aprendí de memoria. Lo tenía debajo de la almohada y aún lo tengo…pero en mi librería. Porque el primer libro es como el primer amor, nunca se olvida.

Iris Menegoz