Salir del tiempo

Él necesitó crear un país para no salir de él y así nunca más tuvo miedo al esfuerzo de vivir. En ese país nunca hubo problema, pero tampoco había nadie y enfermó. 

Demasiada paz y después entro una nube negra, me dijo.

 En silencio seguí escuchando.

Las personas sanas no suelen acordarse de visitar a los enfermos, me parece lo normal, es triste la habitación de un hospital. Poco puedes hacer y menos cuando el paciente, “nunca mejor dicho” no tiene ganas de hablar.

Todos nos ocupamos, estamos haciendo nuestras cosas, en nuestra vida, con gente sana. 

Alguna persona entra y sale para cuidarte, pero la estancia sigue vacía y gigantesca. El mejor lugar para estar cuando realmente necesitas serenidad.

Todos tenemos miedo cuando fuimos niños, hicimos un esfuerzo enorme durante meses, pero tú eras el que sentía la soledad de levantar la cabeza, el esfuerzo de ponerte en pie, lo difícil que era entonces caminar, tan difícil como ahora para mí estar. Tan solo estar.

Intento explicarte desde tu mirada la mía, a ti, amigo, al que te pido ayuda.  

Asentí con la cabeza mientras le dije que ya me había explicado lo que tenía que hacer. Sabía que éramos uno. Lo escucho atentamente. Sé que son importante sus palabras. 

Aprendí todo con la dificultad propia de la vida y entonces no era un trabajo llegar a la adolescencia, terminar la carrera, llegar al despacho, caminar y hasta correr bajo el sol, eran etapas. La vida era sencilla, pero los escalones eran muy altos y los subí.

Ahora no puedo elevar mi alma, las nubes también son grises y la mayoría de las veces miro y veo un agujero, un pozo oscuro y profundo. 

Estás tan lejos, Nada hay más terrorífico que poder caminar, poder hablar, pero no me salen las palabras, podría, pero es tan largo el camino.

En este momento me da miedo darme la vuelta en la cama porque algunas veces cuando me acerco al borde comienzo a ver un mundo aún más gris. Si, es el miedo a una mayor tristeza.

La tristeza más profunda que además nadie entiende. 

La oscura fortaleza de la soledad y la ingravidez comenzó cuando me di cuenta que tenía que

seguir aquí, con el terror de estar vivo entre mis venas. Quisiera sacar el tiempo para no soportar el dolor que me causa vivir. 

Gracias. Dijiste que me ayudarías, te expliqué como. Hazlo

Blanca Quesada