
Son apenas las once y ya me siento cansadísima. Me duelen los pies. El traje es demasiado estrecho no puedo ni respirar. Me gusta este traje aún no sea mío. Me lo presta el director, forma parte de mi disfraz. Al amanecer como cenicienta me voy a mi cuarto llevando mi deprimente traje gris y mi abrigo de pelo artificial. ¡Aquí viene Mr. Cochon! Un día de estos le contestaré que si… que me voy con él. Es viejo, bastante viejo, pero es ricachón. Cada noche me dije que me quiera y que me compraría un apartamentito y que nunca más tendría que trabajar. A mí me da asco trabajar en este lugar. Detesto estos ricos siempre tan falsamente contentos.
Puede ser que es un poco como hacerse de puta pero por el amor habrá tiempo, después de todo tengo sólo 17 anos.
Iris Menegoz
