
Ana estaba muy contenta esa mañana de febrero porque su jefe le había pedido que fuera al puerto para retirar el vino que le había mandado su suegro de Italia y a ella le gustaba ir al puerto, era un paseo muy lindo. Partió de la Plaza Congreso donde estaba la oficina, pero a mitad de la Avenida de Mayo vio que había un tumulto de gente furiosa contra La Prensa que era uno de los diarios más antiguos de Buenos Aires, fundado en 1869 por José C. Paz. No era la primera vez que pasaba, pero esta vez era más serio que las otras veces porque La Prensa no quería respetar las leyes del presidente Perón, ese día había habido un ataque contra los canillitas que pedían más derechos y aunque los atacantes no fueron identificados, todos sospechaban que habían sido enviados por La Prensa que ese día fue expropiada y volvió a ser de propiedad de la Familia Paz en el año 1956, después de la Revolución Libertadora que derroco a Perón. A Ana le entró mucho miedo delante de la gente que estaba furiosa. No sabía qué hacer; por suerte un policía que la vio le dijo: “señorita no tendría que hacerla pasar, pero haré una excepción; venga, pase por acá”. De esta manera, Ana consiguió llegar al puerto y retirar el vino, pero estaba muy asustada por lo que había visto y por lo que le hubiera podido pasar.
Gloria Rolfo
