1969 – La historia de una foto

La señora de mi lado me observaba un poco torcida, yo no la miraba directamente, sólo con el rabillo del ojo; ella me estaba haciendo una radiografía, yo estaba en el punto de mira de su rayo láser.

Su mirada por encima del hombro llevaba algo de desprecio, un ataque de envidia cuando me vio.

— ¿Qué estaba mirando a hurtadillas? ¿Mi minifalda mientras estaba tomando un refresco? ¿Qué estaba leyendo? Los periódicos eran diferentes, “Le Monde” no llevaba los mismos titulares de “Le Figaro” y ella bebía un “Pastis”. 

Quería decir a la vieja dama: 

— ¡Señora, los tiempos cambian, no todo el mundo puede permitirse una ropa descarada, inconcebible desde su mentalidad burguesa, y que usted nunca podrá llevar puesta!

Una imagen de aquellos tiempos, una narración en el cuento. Nos vemos más allá de la casilla recortada del revelado fotográfico; alrededor todo se desarrolla, todo cambia, antes y después del instante de las sesiones de fotos. Es como ver a través de la ventana y no poder asomarse.

La foto tienes que sufrirla, aceptarla, no puedes rebelarte contra ella, tampoco contra el autor que pasaba por allí y la sacó.

Esta es la historia de una fotografía que comunica algo, que te llama la atención, capturando ese momento irrepetible, para siempre, sólo con el clic de un obturador. Una excelente fotografía.

Pero es sólo una foto en blanco y negro, un poco pálida que desvanece cada vez más, cuando la dejas de mirar y la guardas en el cajón de tus recuerdos.

Luigi Chiesa