Viaje a España 2019 – octavo y noveno día


(Crónica de un viaje a España, abril – mayo de 2019)

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S.DOMINGO DE LA CALZADA, S.DOMINGO DE SILOS, EL BURGO DE OSMA
2 de mayo de 2019, jueves

Santo Domingo de la Calzada debe su nombre a su fundador Domingo y a su razón de ser, calzada, en el camino hasta la tumba del apóstol Santiago.
Domingo era un eremita que en el siglo XI construyó aquí su eremitorio, trazó una vía entre Nájera y Redecilla del Camino y creó un pequeño pueblo, un puente y un albergue de peregrinos, hoy Parador Nacional de turismo. El burgo fue creciendo a lo largo de los siglos y en 1973 su casco antiguo fue declarado Conjunto de Interés Histórico Artístico.

PLAN DE S.DOMINGO

No teníamos ni idea de que este año era justamente el Milenario del Santo. El cielo está nublado, hace frío otra vez, y otra vez saco de la maleta mi chaqueta de invierno. Afortunadamente el recorrido del casco histórico no es largo porque tenemos justo el tiempo para visitar lo imprescindible.

CATEDRAL

En la Catedral, de planta de cruz latina, lo más peculiar es el gallinero, de piedra labrada de finales de gótico de 1445 con un gallo y una gallina vivos de color blanco, recuerdo perpetuo del milagro del peregrino injustamente ahorcado, cuidados por la Cofradía del santo y cambiados cada 15 días. Intento no preguntarme qué le va a pasar a los dos pobres aves después de sus dos semanas de servicio, y me dedico a contemplar el Mausoleo con la cripta del Santo y el coro plateresco del siglo XVI.
Al mediodía dejamos Santo Domingo y nos dirigimos hacia la Sierra de la Demanda, un espacio natural protegido y comarca perteneciente a la cordillera Ibérica, y situada en las provincias de Burgos y La Rioja. Es por casualidad que descubrimos la encantadora Ermita de nuestra Señora de la Asunción en el pueblo de Alarcia, apartada del núcleo urbano, sin culto y en semi ruinas, pero con una cierta sugestión para el visitante, pero lamentablemente podemos ver solamente el exterior porque está cerrada. Y también por casualidad encontramos el agradable pueblo de montaña en el que decidimos parar para el almuerzo: Pineda de la Sierra, una aldea de 102 habitantes elevada a 1200 metros de altitud.

ERMITA

IGLESIA PINEDA DE LA SIERRA

Dos de los 102 gestionan un bar restaurante donde comemos. A nuestro alrededor sólo hay vecinos de la aldea, tomando aperitivo con patatas fritas, que nos ofrecen mientras esperamos la comida, luego nos desean “buen provecho!” y gozamos de una óptima comida bastante barata. Al final, la señora se ofrece acompañarnos a la iglesia y, como somos los únicos turistas, abrirla a propósito para nosotros.
Ladeamos el río Arlanzón, superamos el puerto del Manquillo, a 1400 metros de altitud, encontramos otra maravillosa ermita románica, la de Nuestra Señora de la Blanca, a Hoyuelos de la Sierra

HOYUELOS

Nuestra próxima etapa va a ser el monasterio de Santo Domingo de Silos, del que oí noticias por primera vez por mi profesor de literatura durante un curso de historia de la lengua española, por ser uno de los lugares donde se compusieron los primeros documentos escritos de la lengua castellana, o sea las “glosas silenses” (el otro lugar, San Millán de la Cogolla, donde se escribieron las “glosas emilianenses”, ya tuve ocasión de verlo durante un viaje precedente). Así que pienso contárselo al profesor a mi regreso, y ¡ojalá saque un “sobresaliente”!
El monasterio de Santo Domingo de Silos es una abadía benedictina situada en la provincia de Burgos (Castilla y León), todavía habitada por los monjes.
Lo más impactante es el claustro románico, centro de la vida y de la comunidad monástica.

CLAUSTRO

Hacia él convergen y de él parten los otros edificios del monasterio y todas las actividades del monje.
Arquitectónicamente, el claustro de Silos tiene dos niveles superpuestos: el claustro inferior y el claustro superior. El claustro de abajo es de dos épocas: las galerías Oriente y Norte son de la segunda mitad del siglo XI; en cambio, las galerías Poniente y Sur son del siglo XII. El claustro superior se construyó a finales del siglo XII. En el claustro inferior destacan los seis bajorrelieves.
Interesante es también la botica del Monasterio de Silos: los monjes, como creadores de cultura y servidores de sus hermanos los hombres, gestionaron en la Edad Media un hospital y una leprosería. De esta forma se familiarizaron con la botánica. De esta actividad aún se conserva una farmacia de principios del siglo XVIII (1705).
Lamentablemente, al final de la visita me doy cuenta de que no he podido ver las glosas silentes, así que pregunto por ellas a la guía… Pero ella me contesta que sí efectivamente se escribieron aquí, pero ahora se encuentran en Londres, en el British Museum. Me enseña una copia y me revela algo que me desilusiona mucho… o sea que tampoco en San Millán vi las auténticas glosas emilianenses, sino una copia… Así que, por esta vez, ¡me voy a olvidar de sacar un sobresaliente!
Nuestra última etapa antes de volver a Milán es El Burgo de Osma, un lugar no demasiado turístico y poco conocido que hemos elegido simplemente por su ubicación, porque nos viene cómoda una etapa aquí volviendo hacia el aeropuerto de Madrid… pero al final nos va a encantar.
Para empezar, nuestro alojamiento en Burgo de Osma es un hotel termal: lástima que hayamos llegado aquí a las 7 y media de la tarde, y mañana tengamos que volver a casa, así que no disponemos de tiempo para disfrutar de la piscina y de otras maravillas que serían perfectas después de una fatigosa semana de visitas… Pero después de la ducha me enfundo en un enorme albornoz blanco y perfumado, queya es algo.
El casco histórico al atardecer tiene mucho encanto y, después de la cena, nos enseña su cara nocturna más característica, con sus soportales animados por jóvenes, familias y… por un par de turistas italianos, que gozan de callejear admirando la muralla muy bien conservada e iluminada por las farolas amarillas.

BURGO DE OSMA

Cuentapasos: 15.203 (KM 9,20)
Temperatura 12-13 grados


BURGO DE OSMA- AEROPUERTO DE MADRID- MALPENSA
3 de mayo de 2019, viernes

Un débil rayo de sol a través de los postigos nos ilusiona al despertar, pero es un día gris y melancólico, que promete lluvia.
Sólo tenemos el tiempo para un breve paseo por el centro, donde nos sorprende la variedad de tiendas características, sobre todo de carniceros, pero también hay dulces, embutidos…
Pasamos por la plaza de la catedral, volvemos a ver la muralla… La última cigüeña, desde su nido sobre una torre de la casa concistorial, nos despide, enseñándonos de nuevo su trasero.

Las primeras gotas de lluvia empiezan a caer cuando casi hemos llegado al coche, y el rítmico chirrido penetrante de los limpiaparabrisas nos acompañará durante todo el viaje, hasta llegar al principio y fin de casi todos nuestros viajes por España: el aeropuerto de Madrid.


Silvia Zanetto