
La flor del Tapañol no necesitamos buscarla, aquí está El gran pintor que venía del profundo norte, de azul la vestía Pero, si todos los colores le pertenecen, predomina la plata. La flor del Tapañol, de elegancia vestida, es preciosa Su don innato para combinar tejidos, accesorios y ropa Inventar joyas con trozos de papel o de lana, nos encanta. La flor del Tapañol, explota de emociones como una bomba Sabe combinar sátira y nostalgia con un poco de sensualidad Pero siempre nos maravilla con una sonrisa inesperada. La flor del Tapañol, amable y humilde, también es imperiosa Con ella, el matriarcado tiene sentido, porque nos apacigua Nos tranquiliza en la dulzura de una ilustración recuperada. La flor del Tapañol, no necesitamos buscarla, es única Cada día, materna, nos circunda, nos envuelve, nos cuida Todos la queremos, sin ella no existiríamos. Iris se llama.
Jean Claude Fonder
