
Decido viajar en solitario sin maletas <<llevo en mí todo lo que necesito>>, y sin billete de vuelta<<sé que no voy a volver>>, hasta flotar en un infinito muy lejano. Me llamo NUEVA como NUEVA es esta misión cuyo viaje todavía no ha acabado ni, de momento, tiene pinta de hacerlo. Queda un largo camino por recorrer. A través de nebulosas, cola de cometas, y estrellas en espera de ser bautizadas con nombres poco creativos, siento un telescopio espacial que me apunta: acaban de descubrir mi presencia.
Desde mi paradero extrasolar he visto la progresiva destrucción de la Tierra y la inquietud que ahora sacude al ser humano. Así que tengo que darme prisa para llegar pronto en ayuda de mi lejana gemela, chocaré con la Tierra y fusionándome con ella aportaré mis recursos. Me llamo NUEVA y por ser tal causaré un poco de tensión pero despertando también emociones y curiosidades. ¿Tendrá el ser humano la capacidad de empezar como si fuera un recién nacido aprovechando la experiencia adquirida y mi sacrificio?
Raffaella Bolletti
