
Camille Pissarro
En Lieja cada año, en diciembre, la nieve llega La lluvia cesa despacio, la nieve la releva Siembra sus copos sobre los tejados y las pasiones Un silencio de algodón frena la gente y los peatones Después sordamente empieza la tempestad blanca Miramos la calle sin los coches, totalmente inmaculada Abrigados juntos al calor detrás de la ventana A lo lejos la iglesia imponente; será larga la velada Por la mañana el sol por fin ilumina el suelo blanco El frío virginal nos reclama como un estribillo Las bolas de nieve vuelan en medio de nuestros gritos El muñeco de nieve en la bufanda roja no encuentra refugio Dónde están las nieves de antaño, canta el poeta Con el tiempo va, todo se va, responde otro Este mundo ya no es verdaderamente el nuestro La nieve ya no nos espera, tristemente derritiéndose está.
- Ya publicado en Alquimia Literaria
Jean Claude Fonder
