Florida y Boedo

“Ya alumbraremos la vida
si nos da fósforo el genio.
vos poeta de Florida, yo
del arrabal porteño.”

Álvaro Yunque

Semanas atrás, mientras entraba en el elegante bar Peck, a pocos pasos del Duomo de Mi­lán, para concurrir a un encuentro literario con los amigos del Tapañol, me vino a la memo­ria aquella legendaria disputa literaria que en la Argentina de los años veinte del siglo pasa­do veía en campos opuestos los grupos vanguardistas conocidos bajo la divisa “Florida y Boedo.”

Eran aquellos años de gran efervescencia en Argentina. La sociedad porteña y con ella la ciudad habían cambiado drásticamente en menos de dos décadas. El gran aflujo de inmi­grantes en su mayor parte europeos, en su mayoría italianos, había aportado grandes inno­vaciones a un país que estaba entrando en la modernidad. Innovaciones en el proceso pro­ductivo (atisbo de industrialización y formación del movimiento obrero), renovación cultu­ral (nuevas costumbres y aportes lingüísticos), además de transformaciones socio-políticas (ideas anarquistas y socialistas) que conllevaban inevitables tensiones, conflictos y fermen­tos. De hecho, concluida la primera guerra mundial y bajo el influjo del primer radicalismo yrigoyenista, dos grupos de jóvenes artistas e intelectuales -muchos de ellos hijos de inmi­grantes-, influenciados en mayor o menor grado por las vanguardias europeas, se enfrentan cuestionando las estéticas tradicionales (modernismo, nacionalismo) y colocándose como punta de diamante de la renovación del arte nacional.

Uno de ellos es el Grupo de Florida que toma su nombre de la homónima calle porteña, céntrica y cosmopolita. En la esquina de Florida y Tucumán estaba ubicada la sede de la revista Martín Fierro fundada por Evar Mendez, publicación que hereda su nombre del hé­roe gauchesco protagonista del poema de José Hernández (1872) y que entre los años 1924­27 fue espacio de debate y experimentación artística. El grupo de Florida, llamado también martinfierrista, estaba compuesto, entre otros, por escritores y poetas como J.L. Borges, C.N.Roxlo, Oliviero Girondo, Leopoldo Marechal, Norah Lange, Ricardo Güiraldes, Macedonio Fernández y por plásticos como Xul Solar, Emilio Pettoruti, Nora Borges. Gente vin­culada con las vanguardias europeas que se reunía en tertulias literarias en la elegante sala de estilo inglés de la confitería Richmond ubicada en Florida y Corrientes, a dos cuadras de la revista, y frecuentada por la élite.

En el polo opuesto se mueve el Grupo de Boedo nucleado en esos mismos años alrededor de la editorial Claridad (1922), fundada por Antonio Zamora y ubicada en la calle Boedo del homónimo barrio obrero, en la periferia sur de la ciudad. Grupo formado por escritores, poetas y dramaturgos de extracción proletaria, entre ellos Leónidas Barletta (fundador del Teatro del Pueblo), Álvaro Yunque, Elías Castelnuovo, Nicolás Olivari, Raúl González Tuñón, César Tiempo, Roberto Arlt, y por plásticos como Guillermo F. Hebequer pertene­ciente a un movimiento artístico muy cercano al de Boedo, el de los Artistas del Pueblo.

Lo que diferencia a los dos grupos es su manera de abordar lo nuevo. Los martinfierristas inclines al arte autónomo, apolítico, al “arte por el arte” persiguen la innovación formal en el campo poético a través de la liberación del verso (forma, métrica, rima) y el uso audaz de la metáfora. Además de la experimentación formal no pierden de vista la renovación de la lengua rioplatense, reivindicando un cierto “purismo” idiomático amenazado por jergas e italianismos.

Los boedistas en cambio, juventud de la izquierda militante, ponen el acento en el arte comprometido prefiriendo las temáticas del realismo social (la lucha de clase, la vida de los marginados) y elaborando un lenguaje que incorpora elementos lingüísticos de los sectores populares. El objetivo de estos escritores es la integración social a través de la cultura. De hecho, la editorial se dedicará también a la traducción y divulgación de las grandes obras del pensamiento y de la literatura universal en publicaciones a precios accesibles. El Grupo jun­to al movimiento de los Artistas del Pueblo fundará en 1927 el primer teatro independiente argentino.

Florida y Boedo, dos estéticas en torno a símbolos urbanísticos concretos: el centro aristo­crático y europeizado de la ciudad, el arrabal proletario, representan quizás los polos de una compleja identidad nacional que, a mi parecer, aún hoy continuan a enfrentarse y a comple­tarse. Lo demás, es leyenda. Entre los dos grupos hubo sí un cierto antagonismo pero tam­bién confrontaciones y colaboraciones. Algunos artistas, como Nicolás Olivari o Raúl Gon­zález Tuñón confluyeron en ambos grupos sin pertenecer definitivamente a ninguno, otros como Arlt lo hicieron esporádicamente y aristocráticos como Borges dedicaron extensas pá­ginas al arrabal porteño, si bien en forma más idealizada. Pocos años después, luego del primer golpe de estado militar de 1930, muchos martinfierristas confluyeron en la mitica revista Sur, fundada por Victoria Ocampo, mientras Claridad continuará su labor como re­vista hasta 1941.

Quisiera concluir con una anécdota que en cierto modo ratifica aquella intuición que tuve entrando semanas atrás al bar Peck. Mientras recuperaba datos para escribir este artículo descubrí que en los mismos años en que los intelectuales argentinos participaban a las tertu­lias en la Richmond, en el Peck de via Spadari se reunía la élite cultural milanesa, entre el­los Gabrielle D’Annunzio. Al final, pensé, algo en común tenían estos lugares geográfica­mente tan lejanos que mi memoria sin querer acercó.

La diferencia, el Peck sigue en su sitio mientras la Richmond, monumento histórico de la cultura argentina, fue vendida en 2011 y transformada en un negocio de deportes.



Bibliografía:

David Viñas, “Literatura argentina y política. Tomo II, de Lugones a Walsh”, ed.Sudamericana, Buenos Aires, 1996

Mariano Javier Oliveto“El problema de la lengua literaria: disputas y condiciones de transfor­mación en la Argentina de 1920”, tesis de doctorado on line

literatura argentina: www.todo-argentina.net/Literatura

la historia del bar Peck: www.peck.it/it/la-storia

la historia de la confitería Richmond: serdebuenosayres.blogspot.com


Adriana Langtry