
Camille mira lejos, muy lejos...el cielo, de un celeste sutil, sembrado de blancas nubes que parecen preñadas de luz, se pierde en la distancia.
El mar, de un dulce azul tiende al morado cuando se acerca al horizonte.
Camille, cubierta por un quitasol que la protege del presente, fija su mirada lejos, muy lejos de ahora. Con calma, sus ojos miran más allá del ahora. Camille se interroga sobre el futuro. Es allí donde se fija su mirada.
¿Qué alcanza a ver Camille?
¿Tal vez distingue algún drone invisible para los otros paseantes o se interesa por alguna Inteligencia Artificial?
¿Alcanza a ver una IA capaz de crear un paseo de Monet un siglo después que el pintor abandonara playa y flores...?
A su lado un joven, tal vez es Oscar, tratando de ver lo que ella ve.
En el horizonte ella ve guerras donde los hombres se matan, unos dicen defender ideales, otros hacen negocios financiando armas y apoderándose de los despojos.
Nada nuevo, en todas las guerras ha sido así.
Pero...
Tal vez ella alcanza a ver el tiempo en que muchos hombres y mujeres silenciados por los poderosos, se unen, forman una cadena de manos entrelazadas y cambian el futuro. Tal vez ella alcanza a escuchar los versos de uno de ellos que dicen:
Soy nacionalista y patriota
Eso soy
Mi nación se llama Humanidad
Y mi patria, mi tierra
Es la Tierra
Toda la Tierra.
Oscar, mirándote a ti, paciente lector, agrega:
— ¿y por qué no? El futuro también depende de ti.
La mayoría de los autores que participan en esta revista han colaborado a la creación del libro:


