La Isla Secreta

Tomás:

La vida sigue igual que siempre. No me hace caso.

En este momento estoy sentado en un avión, rumbo a Buenos Aires. Pienso en qué puedo decirle a Inés. Aún no se ha enterado de lo que me pasa a mí, de mi enfermedad. Decidí regalarnos este viaje, una auténtica sorpresa, porque ella siempre ha soñado con visitar Patagonia, y yo siempre quise visitar una pequeña isla que se encuentra en el lago Mascardi, en la región patagónica argentina, es decir la isla Corazón. Hay muchas islas con forma de corazón en el mundo, pero ésta es especial, aunque sólo sea por la leyenda que cuenta que dos amantes, pertenecientes a dos tribus rivales, huyeron juntos y para evitar el castigo de sus padres, se tiraron al lago y se dejaron morir. Fue así que nació la isla con forma de corazón. Me pareció perfecta para expresar nuevamente mi amor a Inés y, mientras tanto, buscar las palabras para informarla de la mala noticia. No puedo imaginar lo que va a ocurrir.

Inés:

Tomás sabe que me gusta mucho viajar, pero no me gustan ni los viajes turísticos organizados ni tampoco los cruceros. Así que, después de veinte años de convivencia, cuando me informó del viaje que había organizado, no me lo podía creer, una sorpresa maravillosa. Entonces ahora estamos viajando en avión hacia Buenos Aires y luego hasta el aeropuerto más cercano a la Isla, esa, de la que yo no conozco ni el nombre. Por fin llegamos a destino en una sencilla canoa. Finalmente me enteré de que la isla se llama Isla Corazón, que al revelarse en todo su esplendor, me hechizó. Abracé muy fuerte a Tomás agradeciéndole.

Tomás:

Estoy feliz de haberte regalado este viaje, y te he traído aquí en la intimidad que se respira en esta isla, porque lo que tengo que decir es importante. Por supuesto no soy yo quién decide el destino de esta vida mía, corta, frágil, hecha de un puñado de días. Tengo una grave enfermedad que me separará de ti muy pronto. No es mi deseo entristecerte, sólo quiero que disfrutemos de este lugar y que siempre recuerdes que hay otra isla, invisible, oculta, palpitante, que late rápido o más despacio, dependiendo de muchos factores diferentes entre ellos. Una isla rodeada de ríos grandes y pequeños, flotante, bien escondida. Ahora mismo mi isla late con un ritmo preocupante, me temo que pronto se vaya a sumergir y acabe con su vida. Lo que quiero que sepas es que esta isla ha palpitado por ti y seguirá haciéndolo con todo mi amor. Recuerda siempre que esta isla secreta existe y que esta isla no es nada más que mi corazón. Llévalo siempre contigo, esté donde esté.

En Milán unos meses más tarde

De pronto un viento frío llega desde un cielo lleno de nubes. Me sacude, me muerde con su lengua escurridiza capaz de entrar en la vida de las personas y yo recuerdo… recuerdo… recuerdo una pequeña isla en forma de corazón.

Raffaella Bolletti